CANTAR EN UN CORO, AHORA MAS FUERTES Y UNIDOS QUE NUNCA
“Un vasco, una voz; dos… un orfeón” reza el dicho popular. Parece, sin embargo, que la omnipresente pandemia puede acabar también alterando nuestro refranero. Estos últimos meses, la actividad de nuestros coros se ha visto drásticamente reducida como consecuencia de la emergencia sanitaria por todos conocida.
Desde el fin del confinamiento, son muchos los coros que no han reanudado sus ensayos ante la imposibilidad de cumplir en sus locales con las normas básicas de distancia de seguridad o ventilación. Otros muchos, como la Sociedad Coral de Bilbao, estamos adaptándonos a los nuevos tiempos con esfuerzo e imaginación: reduciendo las plantillas de cantores, haciendo ensayos parciales, buscando locales alternativos, etc., todo ello con el objetivo de no cesar nuestra actividad, que también es esencial, aunque tristemente a veces esto no sea percibido así por algunos (en otros países de Europa lo tienen más claro que nosotros).
Los beneficios de la práctica habitual del canto coral han sido ampliamente glosados por estudios científicos de índole múltiple: entre otros efectos beneficiosos, cantar en grupo alivia la depresión y favorece el bienestar físico y emocional, además de ser una actividad de concentración mental exigente y que refuerza los lazos sociales y las relaciones personales. En el caso de Euskadi en particular, el canto coral es una tradición hondamente arraigada en nuestra cultura desde los inicios del orfeonismo a finales del siglo XIX y que ha conocido un amplio desarrollo durante todo el siglo pasado y lo que llevamos del actual. Todavía hoy, muchos de nuestros mejores compositores, cantantes, directores y músicos profesionales están vinculados a alguna agrupación coral en la que dieron sus primeros pasos musicales.
Actualmente más de diez mil personas cantan habitualmente en los más de 350 coros federados en la comunidad autónoma e Iparralde, todos ellos englobados en la Confederación de Coros del País Vasco-Euskal Herriko Abesbatzen Elkartea (EAE). Además, una gran parte de los directores de coro son profesionales con estudios superiores contratados por las propias asociaciones. Hablamos de ocio, sí, pero también de un sector profesional con necesidades específicas y que ha de ser tenido en cuenta.
En contacto constante con los departamentos de Cultura y de Seguridad Laboral-Osalan del Gobierno Vasco, la Confederación de Coros ha elaborado un protocolo de seguridad con recomendaciones precisas (distancias entre cantores, uso de mascarillas, precauciones de higiene, etc.) para una práctica coral segura en nuestros coros. Dicho protocolo ha sido actualizado ya por tercera vez, en consonancia con la evolución de la pandemia y está siendo seguido fielmente por todos nuestros coros federados.
Frente al alarmismo irresponsable de muchos medios, reivindicamos que la asistencia a los ensayos corales, al igual que a los actos culturales como cine, teatro, conciertos etc. es segura si se respetan los protocolos establecidos. Buena prueba de ello es que el número de rebrotes producidos en actos de este tipo es absolutamente insignificante. Respeto al virus, todo; miedo y paralización, no.
El movimiento coral de Euskadi es altamente dinámico, goza de una salud envidiable, no exenta de carencias y problemas, y es tenido muchas veces por modélico entre el resto de comunidades autónomas.
Se habla mucho de la elevada media de edad de nuestros cantores, pero esto ha de ser visto no como una amenaza o riesgo, sino como una consecuencia más de nuestros hábitos sociales y de nuestro elevado índice de longevidad, uno de los más altos del mundo. Cada vez más son las personas que, próxima su edad de jubilación deciden participar o retomar su actividad en un coro, como un modo de enriquecer su tiempo de ocio. Y este número va a seguir aumentando sin duda en los próximos años. Esta es la realidad que tenemos y, sin dejar de prestar atención a nuestros niños y jóvenes, debemos seguir trabajando por ofrecer entre todos, coros y federaciones, las mejores condiciones para una práctica coral saludable y fructífera artística y humanamente para todos nuestros cantores, sean jóvenes o menos jóvenes.
Hacemos un llamamiento a nuestras administraciones para que sigan apoyando nuestra actividad, a las orquestas públicas para que sigan ofreciendo música sinfónico-coral, y a las corporaciones locales para que faciliten locales y condiciones óptimas para nuestras agrupaciones. Dejemos estar a nuestro refranero popular, y protejamos entre todos ese tesoro precioso que es nuestra rica tradición coral.
Enrique Azurza Aramburu
Director artístico de la Sociedad Coral de Bilbao
Presidente de EAE -Confederación de Coros del País Vasco – Euskal Herriko Abesbatzen Elkartea