En 2020 nos portamos tan bien que además de todos los momentos para la memoria hemos recibido varios regalos instrumentales muy sentimentales. Por una parte, en los últimos deseos de nuestra coralista Raquel Goñi estaba legarnos su piano vertical Petrof para el aula 7, una preciosa forma de seguir sonando hoy con sus compañeros del Coro Alegro desde el más allá. De la misma manera, la familia Lipperheide Aguirre ha querido darle un segundo hogar a su cola Blüthner, que ahora asiste a nuestros coros y grupos de cámara desde el salón de ensayos. Un espacio de convivencia con el órgano de nuestro profesor Alberto Sáez Puente, una pieza ejemplar de Berenguer & Díaz de la que puede disfrutar nuestro alumnado de la especialidad. Obsequios por los que estamos infinitamente agradecidos a sus propietarios y que sin duda nos harán resonar en nuestro 135 aniversario. ¡Un año cargado de buenos propósitos y medidas de seguridad reforzadas para disfrutar de la cultura más segura!